Acerca de mi

Juan Eugenio Iglesias es un investagdor posdoctoral en el "Basque Center on Cognition, Brain and Language" (BCBL). Hizo su tesis doctoral en el Laboratorio de Neuroimagen de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). Su tema de investigación principal es el análisis por computador de imágenes cerebrales por resonancia magnética. Puedes visitar su web de investigación (por ahora sólo en inglés) aquí: http://www.jeiglesias.com

There is an English version of this blog; you can find it here: http://medical-image-analysis.blogspot.com

viernes, 20 de noviembre de 2015

Escaneando ex vivo (esto es, cerebros muertos)



Imagina que quieres hacer una foto en una habitación con poca luz. Podrías hacerla si la exposición fuese lo bastante larga: dejando el obturador abierto un buen rato, puedes recoger suficiente luz como para crear una imagen. Un problema con esto es que sólo funciona si el objeto que fotografiamos está completamente quieto. Si el objeto o persona en cuestión (o la cámara) se mueve, la imagen saldrá borrosa.


Una fotografía borrosa


Algo similar ocurre con la resonancia magnética (RM). Para adquirir imágenes de RM a resolución ultra alta, se requiere escanear durante decenas de horas, con lo que es inevitable que la persona se acabe moviendo en el escáner durante ese periodo de tiempo. Por esa razón, los protocolos de adquisición de RM suelen durar menos de 10 minutos. Sin embargo, si queremos adquirir imágenes a alta resolución, hay una manera de resolver el problema: usar cerebros de cadáveres (“ex vivo”). 

La idea es simple: los cerebros muertos no se mueven, así que podemos escanearlos tanto tiempo como queramos sin que haya artefactos en la imagen por movimiento. Desafortunadamente, si escaneamos cerebros ex vivo como si fuesen “in vivo” (es decir, en un humano vivo), las imágenes no salen bien porque el proceso de fijación con formol para preservar los tejidos cambia sus propiedades magnéticas. Además, el formol y las burbujas de aire crean artefactos que degradan la calidad de la imagen.

Un cerebro ex vivo escaneado en formol. Las flechsa rojas señalan artefactos creados por burbujas de aire


¿Cómo arreglamos esto? Una forma es reemplazar el formol por un líquido que sea transparente a la RM. Como la RM detecta y mide protones, pues hay que usar un líquido sin protones. Muchos estudios usan una sustancia que se llama Fomblin; nosotros usamos otra algo más barata llamada Fluorinert.

Corte de un cerebro ex vivo escaneado en Fluorinert

 Arreglado este problema… tenemos otro. Los escáneres de RM clínicos no están hechos para adquirir imágenes a esta resolución. Por eso, cuando se intenta adquirir imágenes de resolución ultra alta, el escáner se queda sin memoria a la hora de reconstruir la imagen (la reconstrucción es el proceso de transformar mediciones de resonancia magnética en imágenes). Una posible solución es adquirir distintos bloques de la imagen por separado y luego hacer un “collage” con los bloques para obtener la imagen 3D. Normalmente se usan bloques (“ladrillos”) que se apilan para componer la imagen final. 

Apilando bloques para crear una imagen 3D más grande

Apilar estos “ladrillos” nos permite reconstruir imágenes 3D a alta resolución incluso con poca memoria, pero introduce un nuevo artefacto (el último del día, lo prometo): la “cortina veneciana”. Este artefacto se produce porque el escáner tiene menos sensitividad en los primeros y últimos cortes de cada bloque. Si sólo tuviésemos un bloque, nos daría igual, porque sólo perderíamos señal en los extremos de la imagen. Pero cuando apilamos bloques, se ven unos patrones que recuerdan a una cortina veneciana.

Artefacto de cortina veneciana

 Aunque la imagen tenga mala pinta, hay algoritmos de análisis de imagen que nos permiten corregir este artefacto. Aquí os dejo el resultado de un algoritmo que hemos desarrollado nosotros, y que además de la veneciana, también corrige los artefactos por ruido de inhomogeneidad (no os voy a aburrir con esto ahora; por el momento digamos que es un artefacto que hace que unas regiones se vean con más brillo que otras).

Corrección con nuestro método: antes (izquierda) y después (derecha)

 Al final quedan bonitas, ¿verdad? Echemos un vistazo más de cerca al hipocampo, y comparémoslo con imágenes in vivo de la misma región adquiridas a resolución estándar.

Izquierda: resolución estándar (1 milímetro). Derecha: ex vivo (0,25 milímetros)

¿Qué haremos con estás imágenes tan chulas? Eso queda para otra entrada más adelante ;-)


jueves, 2 de julio de 2015

El proyecto THALAMODEL: visitando al Dr. Insausti

Hace unos días fuimos a Albacete a visitar el laboratorio de Dr. Ricardo Insausti, catedrático de anatomía y embriología humana en la Universidad de Castilla - La Mancha (UCLM). El Dr. Insausti jugará un papel fundamental en el proyecto THALAMODEL. Él va a proporcionar los cerebros humanos necesarios (procedentes del programa de donaciones de la UCLM), y él se encargará de extraerlos de los cadáveres y fijarlos con formaldehído.

La fijación es fundamental para estudiar el cerebro ex vivo, esto es, fuera de un organismo vivo. Si un cerebro no se fija poco después de la muerte del sujeto, la falta de riego sanguíneo deteriorará la muestra rápidamente. Sin embargo, un cerebro fijado se puede conservar por mucho tiempo, y manipular con relativa facilidad.

El Dr. Insausti sujetando un cerebro humano fijado

El Dr. Insausti también llevará a cabo el estudio histológico de las muestras. Dicho estudio consta de dos partes: cortar el cerebro y teñir los cortes. Para cortar el cerebro (en nuestro caso, un bloque de tejido que incluya el tálamo) en secciones muy finas, primero se congela la muestra con hielo seco, y luego se procede a cortarla con un aparato llamado microtomo. Al contrario que los bloques de tejido, estas secciones se pueden examinar con claridad en el microscopio.

Sin embargo, las secciones no se miran al microscopio directamente. Antes se realza su contraste con un proceso de tinción. Existen diferentes técnicas, que resaltan distintas propiedades del tejido, pero la más común es (discutiblemente) la técnica de Nissl, inventada por Franz Nissl a finales del siglo XIX. Una vez teñidos, los cortes se montan en portaobjectos, que protegen la muestras y que se pueden observar al microscopio.

Corte de tálamo humano con tinción de Nissl


Mirando portaobjetos montados con cortes de un hipocampo humano

Por último, el Dr. Insausti también se encargará de delinear a mano los núcleos del tálamo en los cortes teñidos. Esa información la usaremos nosotros luego para construir el atlas del tálamo en torno al cual gira el proyecto. ¿Cómo reconstruiremos un atlas 3D a partir de la histología? Eso queda para otro post...

martes, 2 de junio de 2015

El proyecto THALAMODEL: tálamo y dislexia



Recientemente me han concedido una ayuda Marie Skłodowska-Curie de la Comisión Europea para construir un atlas probabilistic del tálamo, así como herramientas softwares capaces de usar este atlas para analizar automáticamente los núcleos talámicos en imágenes de resonancia magnética (RM). El título del proyecto es “Multimodal, high-resolution modeling of the thalamus for neuroimaging studies: application to dyslexia”, y se encuadra dentro del programa de innovación Horizon 2020 (beca Marie Curie #654911).

¿Por qué el tálamo? Situado entre la corteza y el mesencéfalo, esta estructura cerebral es la principal estación de transmisión del cerebro: fibras nerviosas lo unen a prácticamente todas las regiones de la corteza. Además, está relacionado con la regulación de la consciencia y el sueño, así como con el lenguaje. Esta relación con el lenguaje ha sido probada en estudios con lesiones talámicas y estimulación eléctrica del tálamo, aunque no está completamente claro si la conexión entre tálamo y lenguaje se debe a la conexión con las regiones de la corteza dedicadas al lenguaje, o a su participación en la integración de las funciones del lenguaje a través de la memoria.

Además, el tálamo ha sido relacionado con algunos de los trastornos del lenguaje más habituales, incluida la dislexia, un síndrome en el que personas con inteligencia normal tienen serias dificultades para aprender a leer. La dislexia es el trastorno neuropsicológico más habitual en los niños, sobre los que tiene un impacto terrible: les causa grandes desventajas en su educación, desarrollo escolar y autoestima, incrementando el riesgo de marginación social más adelante en sus vidas.

El objetivo de este proyecto es construir un atlas de los núcleos talámicos con elevado nivel de detalle, usando imágenes multimodales de muestras cerebrales humanas procedentes de autopsias, así como desarrollar herramientas de análisis de imagen que usen el atlas para analizar los núcleos en resonancias in vivo (es decir, de personas vivas) para estudios de neuroimagen. El proyecto consiste de cuatro pasos. Primero, se adquirirán imágenes de RM de resolución ultra alta de las muestras. Puesto que proceden de cadáveres, los cerebros no se mueven en el escáner, y por tanto se puede alargar el tiempo de adquisición para obtener resoluciones muy elevadas.  En segundo lugar, se estudiarán las muestras a nivel histológico, esto es, se analizará la anatomía a nivel microscópico. La alta resolución de la histología y la RM ex vivo nos permitirá crear un atlas con un gran nivel de detalle. En tercer lugar, crearemos las herramientas software que permitirán el análisis de datos in vivo. Y en cuarto y último lugar, haremos estas herramientas disponibles al público y las aplicaremos a un estudio de dislexia en el BCBL. Esperamos que estas herramientas nos ayuden a entender mejor este trastorno, y que además ayuden a científicos en otros centros a comprender mejor el funcionamiento del tálamo – dado que podrán analizar esta estructura un nivel de detalle más alto que las herramientas actuales

Escribiré en este blog regularmente describiendo los avances en el proyecto; ¡nos vemos por aquí!